Estos diminutos aretes de plata 925 se inspiran en los huacos silbadores, piezas que convertían el movimiento del líquido en sonido.
En su escala mínima, condensan el asombro de aquel gesto ancestral: transformar la materia en melodía.
Una reinterpretación contemporánea del vínculo entre forma, sonido y espíritu que atraviesa el trabajo de CANDOR.
Plata 925 y bañado en oro 18k.

